Una foto de Londres, 1a. parte: "enjoy"


Llegué a Cd. Juárez alrededor de las 12 del día. El hermano de mi amiga fue por mí a la central de autobuses, para luego encontrarnos con ella y después hacer algunas diligencias en la ciudad. El plan era estar temprano en el aeropuerto de El Paso para hacer el pago pendiente esa misma tarde, antes del día de mi partida. Como suele suceder, el tiempo no alcanza y cruzamos hasta pasadas las 8 de la noche. Las oficinas de Delta en el aeropuerto estaban cerradas y no me quedó mas remedio que hacer la reservación del hostal sin tener aún confirmado el vuelo. Entre cosas de último momento, como terminar de acomodar la maleta, revisar algunas cosas en internet, y hacer algunas compras, me dieron las 3 a.m. y en menos de tres horas ya iba en camino a tomar el avión. La parte que más me gustó al hacer el check-in es que no me hicieron ningún cobro, ni de los $200 USD ni nada adicional, aún no estoy segura, pero al parecer tampoco se hizo ningún cargo automático a la tarjeta de crédito.

Eran las 8 a.m. Me despedí, abordé el avión con ganas de dormir todo el camino, pero la misma maldición que me persigue en los cines, me alcanza en los aviones. Me tocó sentarme entre dos señoras cincuentonas, una muy fina y respetuosa que iba viendo en su dvd player al Dr. Shivago y no me molestó en todo el trayecto, pero la otra, además de invadir un poco mi lugar con su rebosante cuerpo, olía a sudor, de ese sudor tipo queso agrio, bastante desagradable. Fue incómodo viajar con ella las 3 horas y media de vuelo. Pero ni el esfuerzo hice de pedir que me cambiaran de lugar, el avión iba a punto de reventar de lleno.

Llegamos a tiempo a Atlanta, tenía un lapso de 3 horas para tomar el otro avión, y como no estaba segura de los alimentos que me darían durante el viaje, aproveché el tiempo para irme a comprar algo de comer, así que con mi reducido presupuesto opté por una hamburguesa de McDonalds, que no son de mi agrado, pero éste era un caso especial.  Ahora que veo esta foto me da risa ver el mensaje en el vaso, pero ya lo explicaré después. Recorrí una parte del aeropuerto, está muy bien señalizado y además tiene un metro interno que va de terminal a terminal y pasa cada 90 segundos, así que para las prisas, no es nada difícil moverse de un lugar a otro en este sitio.

Al fin tomé el avión a Londres, Delta tiene aviones nuevos, o simplemente me tocó la suerte de que estaban en excelentes condiciones, pero había una fila de más de 20 antes del nuestro para tomar la pista de despegue, probablemente la lluvia provocó este desorden y tardamos poco más de una hora en dejar el aeropuerto. Este avión no estaba tan lleno como el anterior y me senté sola. Pensé que iba a descansar y dormir todo el tiempo que quisiera, pero debido al entusiasmo no pude pegar el ojo en las 9 horas de vuelo. Las azafatas fueron muy amables, la comida estuvo mejor de lo que esperaba, vi varias películas, escuché música, leí un poco, en fin, hice de todo para matar el tiempo, pero aún así el viaje se me hizo eterno y estaba ansiosa por llegar.

0 impresiones: